ALABA, HIJA DE NABARRA


ALABA, HIJA DE NABARRA
Aitzol Altuna Enzunza



“Alaba procede del euskera, derivado de ”lau” más el artículo “–a”, “llanura”, Henrique Knörr, euskaltzain (2008).

A su vez, “Nabarra” viene de la voz vasca "Nabar", "planicie entre las montañas", según los historiadores A. Oihenart o A. Campión.

Theobaldo de Nabarra 1217: "Aauaam in perpetuum pro veftro Regno, forticer de Ixiarr et de Durango"



"Acaeció que antiguamente desde que fue conquistada la tierra de Álava y tomada a los nabarros, siempre tuvo señorío apartado (...)" Crónica del invasor y rey castellano Alfonso XI (1312-50).



La Nabarra Occidental forma parte desde un inicio del reino nabarro, desde el mismo siglo IX de su creación, hecho avalado por los límites de las diócesis eclesiásticas en tiempos visigóticos, ya que todas las tierras de habla vasca peninsular formaban parte de la diócesis de Pamplona, tal y como señala el historiador L. Serrano. 

Así, los obispos de Alaba de los siglos IX y X, firman como obispos “in Álava et in Vizcaia”, lo que no deja dudas de la no-pertenencia de Alaba al obispado castellano de Burgos ni a Castilla ni tampoco a Asturias.

El cristianismo prerrománico alabés, se limitó a las cuevas occidentales de difícil acceso de las cuencas altas del río Ayuda (deformación de “Ibai Uda”, según K.Mitxelena): Faido, Laño, Albaina y Markínez, y del Olmecillo (Korro y Pinedo) en Valdegobía (Gobiaran). 

La Peña del Castillo de Markínez, aún quedan restos de su antiguo castillo del siglo X, sobre todo el aljibe y la escalera de caracol.

Son importantes y poco conocidas las iglesias alabesas excavadas en cuevas con arcos contra-absidados y las más de 100 cuevas de eremitas encontradas en sus cercanías (sobre unas 127 si añadimos Trebiño, Montaña alabesa y Rioja alavesa), que datan nada más y nada menos que de los siglos V-VI.



Rioja alabesa

La ermita de la Virgen de la Peña del pueblo alabés de Faido (municipio de Peñacerrada-Urizaharra, frontera con Trebiño), con sus 11 cuevas ocupadas desde el siglo IX por eremitas, es considerada la más antigua de la Nabarra Occidental, ya que aún hoy está en uso.

“Hay un hecho cierto, la tierra vasca es probablemente el área de más abundante arquitectura rupestre, altomedieval y eremítica, en toda la geografía hispánica: es un fenómeno que se registra especialmente en la actual provincia de Álava, más concretamente en las áreas de Valdegobía, Villanueva, Tobillas, Corro, Pinedo, Quejo etc. y el condado de Treviño (términos de Marquínez, Urarte, Laño y Alabaina). A ella llegó el fenómeno desde la Cogolla (La Rioja). Son del siglo VI por tanto no guardan relación con musulmanes, ¿marcan la frontera goda?”. “Historia del arte vasco, Tomo I” Juan Plazaola (Edit.Ostoa).













Tampoco hay restos visigodos en Bizkaia y qué decir en Gipuzkoa (los visigodos se enterraban sin armas), y sí de baskones como en las excavaciones alabesas de Aldaieta (Villareal-Legutiano), en el descampado de Aistra (Alaba, entre Zalduondo y Altsasua, en el paso de San Adrián a Gipuzkoa) o en Zornoztegi (Agurain-Salvatierra, en la Llanada alabesa).

Sobre la nula presencia de restos arqueológicos y documentales de visigodos en Alaba, se puede leer el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2016/04/los-baskones-dominamos-los-godos-una-y.html?m=1



Por tanto, antes de la creación del reino de Nabarra en el sur de Baskonia y la aparición del condado alabés, las tierras que formarán la futura Alaba, eran la frontera Occidental del ducado baskón.

“No hay formas de origen visigodo, es decir, esa idea del aislamiento del País frente a los visigodos es una realidad que la toponimia confirma. Mientras por ejemplo en Castilla las formas de villa se dan en la época visigótica creando nombres como Villafáfila, Villarramiel, Villarramirelli y se usan los nombres visigodos en toda Castilla la Vieja, en Álava no hay restos”. Julio Caro Baroja en su libro “problemas vascos de ayer y de hoy”.

Soldado de Aldaieta con su ajuar guerrero 

La frontera entre los vascos y los germánicos visigodos era Castilla Vetula o Vieja, la misma que después impondrán a los musulmanes como permanente, pese a las numerosas aceifas o ataques, siendo la Alaba primigenia “La puerta de la cristiandad”, atacada constantemente en razzias entre los años 791 y 878. Esta “puerta” físicamente la podemos situar en las Conchas de Haro con los numerosos castillos de la comarca. Las crónicas musulmanas hablaban de Alaba y “Al Quila”.


“Al Quila” o Castilla se refería a la Castilla primigenia, Castilla Vieja o Vetula: Valles de Mena, Villarcayo, Valdevieso, Manzanedo, Losa, Espinosa de los Monteros, Cudeyo, Tobalina y Pancorbo. En su inicio, Castilla la conformaba únicamente los territorios de los antiguos autrigones del Valle de Mena, desde el río Satón hasta el sur de Villarcayo.



En lo que respecta a la frontera entre alabeses y musulmanes:

“La frontera musulmana o Tseguer ofrecía un buen tramo con tierra alavesa. Pero lo grave para los alaveses es que éstos tenían tierras allende el Ebro entre Nájera y los dominios astures. Este hecho hace que toda expedición musulmana contra los castillos astures debiera, forzosamente, atravesar las líneas alavesas. El año 766 Bedr avanza hacia Álava y envía gentes a explorar las intenciones de los hombres de esas comarcas (Ibn Adhari). Los alaveses tenían por toda su frontera castillos propios” Joxe Garmendia Larrañaga, “Euskal Herriko Hezkuntzaren Historiarako Dokumentazio Gunea”.


Los Belasko derrotaron al ejército musulmán en las Conchas de Arganzón, sur de Alaba, en el 801. En el 803 los Belasko que dominaban Alaba, Tierra Estella y la comarca de Pamplona, junto con los musulmanes baskones emparentados con los reyes de Nabarra y antiguos terratenientes romanos, los Banu Casi, tomaron Tudela, contaron con tropas baskonas del norte, aliadas aquitanas además de las propias, y mataron a su gobernador musulmán Mustarrif. Estos señores feudales del Islam, formaban auténticos Estados o reinos de taifas.


 El castillo de Arganzón (Joseba Ariznabarreta Garabieta)

La venganza el emir de Córdoba no se hizo esperar, Al Hakan, retomó de nuevo Tudela y los Banu Casi le juraron fidelidad para mantener su pequeño reino en el 806. 

"Pamplona y los nabarros" apostaron esta vez por el rey franco Ludovico Pío para defenderse del todo poderoso emir.



El hijo da Carlomango, Ludovico, entre el 810 al 812 llegó a vivir en la misma Pamplona que controlaba con la ayuda de familias baskonas como los Belasko, favorables a los “carolingios”, por lo que son llamados “galos” en varias crónicas musulmanas. Pero, otros buruzagis dominaban amplias comarcas sur pirenaicas. 

Los Belasko se rebelaron después contra los francos y se alzaron con Eneko Aritza, el primer rey de Nabarra,  entonces llamado todavía reino Pamplona, que unió de nuevo a todos buruzagis baskones (824). 

Pero, existe una mención anterior de los Belasko que nos cuenta que Abdr ar Rahman I (Abderramán) tenía en su poder la zona al sur de Pamplona en el 781, pero fue expulsado por los nabarros en el 799 al mando de su caudillo Belasko, musulmanes que ya habían entrado en una ataque anterior en Pamplona (a la que llaman Banbaluna), siendo expulsados en el 755.

En el año 816 los Belasko, “ibn Belascot” (de “bele” cuervo y “-ko” diminutivo según K. Mitxelena), con gentes venidas de la Sakana (Alta Nabarra), Burunda (Alta Nabarra) y Alaba, derrotaron de nuevo al ejército del emir de Córdoba en el valle de Orón (río Orancilo, al sur de Miranda de Ebro) y en el desfiladero de Pancorbo, pertenecientes a Castilla Vetula (hoy Burgos) y posterior frontera del reino de Pamplona-Nabarra.


En el año 823 se dio la aceifa (del árabe "verano" por producirse los ataques en período estival) de Abd al-Rahman II (Abderramán), recordada por las crónicas musulmanas de Ibn Idhari como la “Campaña de Alaba”, donde se saqueó la Llanada alabesa, sus fortificaciones fueron destruidas y liberados los prisioneros musulmanes. 

En ese año 823, el cronista musulmán Ibn Idhari (s.XII-XIV), relata como pasaron las tropas musulmanas por Alaba y “acometiendo por un valle llamado Djernik (Gernika? Gernika de Alaba hoy desaparecida o de Bizkaia? pues existen dos municipios con ese nombre)” hasta llegar a “la montaña de los madjus”, “los adoradores del fuego”. Gobernando Muhammad I se repitieron los ataques o aceifas en el 855 y 856. 

Otras tuvieron lugar en el 863 y 865, en ésta última asolaron los hispano-musulmanes la población alabesa de Salinas de Añana.


Castillo de Salinillas de Burandón en la Sonsierra, hoy en Alaba (Foto del libro "Navarra, castillos que defendieron el reino" de Iñaki Sagredo Garde)


En el año 863 llegó a las fronteras alabesas un ejército de más de 20.000 jinetes debidamente entrenado y dirigido personalmente por el hijo del Dmir Muhammad I. 

El camino seguido debió ser el de la vía romana por la Llanada Alabesa (después Camino de Santiago). El cronista Ibn Adhari nos cuenta que los musulmanes destruyeron varias fortalezas, devastaron los campos y sembrados de las llanuras. Por el desfiladero, probablemente de Pancorbo, los cristianos sufrieron una tremenda derrota en la que perecieron hasta diez y nueve condes y tres grandes alcaides (Joxe Garmendia Larrañaga).

Esa fue la frontera musulmana, pero también la visigoda, fue lo más que conquistaron los hispano-musulmanes de Baskonia y del reino nabarro después. La Baskonia musulmana coincide con la goda de Leovigildo (Tomás Urzainqui “Vasconia en el siglo XI”).

Burandon en la Conchas de Haro, paso del río Ebro

Según señala José Luis Orella Unzue en sy libro "Banu Qasi, vascones islamizados", Alaba fue probablemente la región peninsular más atacada por los musulmanes, pero de la que sólo consiguieron que les pagasen temporalmente un tributo:

"Finalmente se puede afirmar que los habitantes de estas tierras no son solo objetivo pasivo de los ataques árabes. A veces tienen ellos mismos la propia iniciativa. Así en el 839 atacaron la fortaleza de Medinaceli y fueron repelidos por Fortun ibn Musa. Igualmente podemos contar que los alaveses es taban en la batalla de Guadacelete, cerca de Toledo, junto con los astures y los vascones. Y podemos continuar afirmando su presencia en el 904 cuando Alfonso III sitiaba el castillo de Grañón, cuando en el 923 estaban junto a Ordoño II en la toma de Nájera y Viguera, en el 924 atacando la fortaleza san Esteban de Monjardín unidos a Sancho Garcés y que terminó en una victoria árabe, y finalmente estaban junto con el señor de Calatayud en el 937, el cual se había enfrentado a Abderramán III y que fueron de nuevo vencidos y ejecutados".




Nunca controlaron los musulmanes la actual Alaba y escasamente La Rioja, liberada Rioja Alta por Sancho I Garcés a comienzos del siglo X (Ezcaray-Haro):

“Cuentas la crónicas que ese ramal montañoso que, siguiendo la dirección del Valle, se prolonga desde Logroño a Burandón (Alaba, las mencionadas Conchas de Haro) como un gran mural fue fortificado por el Rey de Nabarra don Iñigo Arista (Eneko Aritza) para impedir el avance de las huestes musulmanas. Una política que luego sería seguida al pie de la letra, e incluso potenciada, por su hijo don García (Eneko Garsea, “el joven”), razón principal por la que ese conjunto de farallones sería denominado a partir de entonces como Sierra de Nabarra”. “Ayuntamiento de San Vicente de la Sonsierra y Gobierno de La Rioja”.

El rey nabarro Eneko Garsea II (860-882, el hijo de Eneko Aritza), cerró Alaba a los musulmanes con los castillos de Zaldiaran y el de la Concha de Arganzón entre otros, y no hay constancia cierta de que llegaran a Bizkaia o Gipuzkoa las huestes musulmanas.

“Del mismo modo, queda constancia de que el año 934 no había en toda esa superficie o franja de terreno conocida como Rioja Alavesa ningún poblado de cierta entidad, sino tan sólo Solares que fueron erigidos con permiso de los monarcas nabarros junto con unas tierras anejas que se dedicaban a trajines agrícolas” (“Ayuntamiento de San Vicente de la Sonsierra y Gobierno de La Rioja”).

Por tanto, el territorio alabés se vio en los siglos VIII y IX afectado por numerosas razias enviadas por los emires de Córdoba y los reinos de taifas, pero para entonces los baskones habitantes de la Llanada alabesa, contaban con una estructura militar-administrativa poderosa: un Estado propio, el reino nabarro.

Tenencias de la Nabarra Occidental en el siglo XI, Eneko Del Castillo

En lo que respecta a la frontera entre alabeses y astures:

“Alabanque, Bizcai, Alaone et Urdunia, a suis reperitur semper esse possessas, sicut Pampilona, Deeius est atque Berroza.” Primera mención escrita de Alaba.

“Alaba, Bizkaia, Alaone (Aiala?) y Orduña, siempre fueron poseídas por sus moradores, al igual que Pamplona, Deio y la Berroza”, Crónica astur del reino de Oviedo de Alfonso III (866-909), llamada también de Don Sebastián, es la primera mención escrita de Alaba (y de Bizkaia) y es muy clara en relación a la independencia de esas tierras del reino asturiano.

Las crónicas musulmanas diferencian también claramente Alaba del reino de Asturias (usaremos este término anacrónico, aunque sea más propio hablar de reino de Oviedo o reino astur), lo que refuerza la evidencia de su independencia.

“Es el año 759 cuando Fruela (rey de Asturias) asiste, junto al obispo de Oca, en Valpuesta, a la fundación de un convento de religiosas en San Miguel del Pedroso, en las inmediaciones de Belorado. La vieja región autrigona se halla ocupada en parte por el rey asturiano por haberla conquistado a los musulmanes. En el convento abundan los nombres vascones de las monjas que serían seguramente alavesas, vizcaínas y burevanas: Amunia, Munía, Ximena, Uma, Munoza, Sancha, Auria, Andirazo, Anderkina, Gometiza, etc. Esta región era vascona y se había conservado libre, pues se sabe que los musulmanes no dominaron permanentemente más tierra hacia occidente de Nájera.

No se sabe dónde ocurrió la rebelión de ciertos vascones alaveses cuando acude Fruela (756-768) a reprimirla. Los vence, según la Crónica de Alfonso III, y hace prisionera a una joven, la vascona Munia, de la que tiene a su hijo Alfonso, futuro rey de Asturias. Vascones rebellantes superavit atque edomuit. Muniam quandam adolescentulam ex Vaseonum praeda sibi seruari praecipiens, posteam in regali coniugio copulauit, ex qua filium Adefonsum suscepit.

El cronista cordobés Ibn Hayyan en el siglo XI, nos daba la siguiente referencia de Munia:

"...fue la campaña de hayib Abd al-Karim ibn Abd al Wahid ibn Mugut con la aceifa contra el enemigo de Dios Balask al Yalasqi (el vascón Velasco), señor de Pamplona (…) Murieron muchos, entre ellos Garsiya Ibn Lubb (García López), hijo de la hermana de Barmud (Bermudo I), el tío materno de Idfuns (Alfonso II)..."

En el texto se ve que Munia era hija de un baskón de nombre Lope de las huestes de los Belasko, señores de Pamplona-Iruñea y de Alaba, La  Bureba, y una hija de Fruela de Cantabria (hermana del rey Bermudo I de Asturias). 

La futura reina Munia de Asturias, debió de nacer sobre el año 740, aunque no sabemos dónde se presupone que en Alaba, y fue secuestrada en el año 759 por su primo segundo el rey Fruela de Asturias, bien en Alaba o bien en la Bureba, que pertenecían al reino baskón, territorio controlado por los Bela o Belasko. Tras morir Fruela en el 768 se refugió con sus hijos en el monasterio de Samos por miedo a ser asesinada. 

Falleció sobre el año 780 y recibió sepultura en San Salvador de Oviedo edificado por su esposo, iglesia que poco después fue saqueada por los musulmanes en el 794 y vuelta a edificar por su hijo Alfonso II (760-842), además de Nuestra Señora del Rey Casto, para destinarla como panteón real, donde supuestamente llevó los restos de sus padres. Los restos fueron trasladados en el siglo XVIII al panteón real de la Catedral de Oviedo de manera que no son identificables.

Narramos su historia en el artículo: https://lehoinabarra.blogspot.com/2021/05/una-baskona-alabesa-reina-de-asturias.html?m=1




Tumbas en San Prudencio de Armentia s. X-XI


Este documento asturiano, nos dice tres cosas: "que Munia, calificada antes de vascona, era, además, alavesa; que Alava estaba fuera del Reino asturiano, y que Alava era Vasconia, y, por tanto, su límite más occidental” (Joxe Garmendia Larrañaga, “Euskal Herriko Hezkuntzaren Historiarako Dokumentazio Gunea”).


Alfonso III el Magno, s.IX, rey de Asturias, encargó la redacción de la Crónica asturiana mencionada, estaba casado con la princesa nabarra Ximena (hija de Garsea Ximeno, hermano de Eneko Aritza), de la que tuvo un hijo, García o Garsea (“el joven” en lengua nabarra). 

Alfonso, según la crónica asturiana Albeldense, fue criado por Ismael y Fortún ibn Musa, hijos del gran dirigente de la marca norte musulmana el Banu Qasi Musa ibn Musa, llamado en las crónicas del Alfonso III "el tercer rey de España", pariente y aliado de los reyes de Nabarra como hemos visto.

Asturias con Alfonso III adquirió “Castilla y Territorium portucalense”, que adjuntó a Galicia, León y Asturias-Cantabria. Portugal fue conquistada desde Galicia, el nombre es la síntesis de las dos poblaciones en la desembocadura del Duero.


Asturias con Alfonso III a finales del siglo IX invadió también Alaba hasta casi la puebla de Gaste(b)iz, (que ya aparece en la reja de San Millán 1025), después convertida por el rey de Nabarra Sancho VI el Sabio en la villa de Vi(c)toria (1181), por tanto invadió el territorio alabés al Oeste del río Baias. Baias es, según Koldo Mitxelena, una deformación de “Ibaia”, es decir, de “río”. Alfonso murió destronado por sus hijos y se retiró a su palacio de Bordes para morir luego en Zamora.

Mapa de Eneko Del Castillo con las diócesis dentro del reino de Nabarra, s.IX-XI

La crónica astur detalla las tierras conquistadas por los astures a los sarracenos o musulmanes, pero también a los baskones nabarros: Briones (La Rioja), Alesanco (La Rioja), Revenga, Carbonarica, Abeica (Ábalos? La Rioja), Veleya de Alava (río Zadorra, Noroeste de Vitoria-Gasteiz), Cenicero (La Rioja), Amaya y Miranda (hoy Burgos, pero que perteneció a las Hermandades de Alaba desde el siglo XV) entre otras ya más alejadas de tierras nabarras.

Recreación del valle salado de Añana entre los siglos XI y XIII (Julio Núñez Marcén)  

Todas las comarcas alabesas conquistadas por el reino astur, las resume el historiador bizkaíno A. de Mañaricua: Valdegovía (Gobiaran), Salinas de Añana, Zigoitia, Estavillo (próximo a la entonces recién repoblada Miranda de Ebro), Elorriaga, Ulibarri de Olleros, Gauna, Foz de Arganzón etc. todas al Oeste del río Bayas y de la futura Vitoria (crónica Albense), que parece era la frontera entre la tierra conquistada y la libre. En el caso de Bizkaia, solo fue ocupado momentáneamente el Oeste enkartado, Sopuerta y Karranza según la misma crónica astur.



Las campañas de Alfonso I, Fruela I, Alfonso III y su hijo Ordoño II (rey casado con la princesa Sancha de Nabarra, después esposa de Fernán González de Castilla) y la documentación que se posee, nos muestra la ocupación del reino astur del occidente alabés, siendo libre, “poseídas por su moradores”, el resto del territorio a lo que podemos llamar Alaba nuclear.

J.M. Lacarra (1971), “Estudios de la historia de Nabarra”: “No hay testimonio alguno que acredite el dominio asturiano sobre estas tierras. En las crónicas de Alfonso III se dice que Alfonso II extendió sus dominios hasta parte de la Rioja y las localidades de las Encartaciones, Sopuerta y Carranza”.

Documental "Memoriaren Lekukoak" de Nabarralde, con la colaboración de Iñaki Sagredo Garde

Los condes de Alaba, señores nabarros

El primer conde de Alaba documentado fue Eylon de Alaba (866), descendiente de la familia nabarra de los Belasko, y el segundo, ya bien documentado, fue Bela Jiménez (882), por tanto, Alaba estaba integrada en el reino nabarro desde su génesis y recuperará las tierras que le conquistaran los asturianos en los siglos X-XI. En la Crónica Albeldense, escrita en 883, se alude dos veces al “comes in Alava”.

Era conde de Alaba Munio Vélaz en el año 919, probablemente miembro de una familia autóctona: “Aparece como conde de Alava Monnio Vigilazi (Munio Velaz) en la escritura de Valpuesta otorgada el 18 de mayo de 918. Parece ser hijo del conde Vela Semenonis, defensor de Cellorigo. 

Este Munio es, probablemente, el Momi, Conde de Vizcaya, que figura en la primera genealogía de Meyá y casado con Doña Belasquita, hija de Sancho I Garcés de Navarra” (Joxe Garmendia Larrañaga). 

Por tanto, puede que con este conde Bizkaia y Alaba estuvieran unidas dentro de la administración por tenencias del reino nabarro.

Documental "Memoriaren Lekukoak" de Nabarralde, con la colaboración de Iñaki Sagredo Garde

A Munio Vélaz le siguió Alvaro Herremálliz en el 931, ya solo conde de Alaba y bien relacionado con la corte del rey nabarro Jimeno Garcés, y, por último, Fernán González (932-970), conde consorte en Alaba, al estar casado con una infanta de nabarra, lo que le daba un fuerte aliado frente al rey leonés. 

Fernán, que era conde de los entonces pequeños condados que acabaron conformando la fronteriza Castilla, se casó en el 932 con una hija de Sancho Garcés I, Sancha, a la que su padre había dado en dote el condado de Alaba sin desgajarlo del reino (“la potestas” o usufructo y no el “imperium” o dominio). Sancha estuvo anteriormente casada a su vez con Ordoño II de Asturias. 

Documental "Memoriaren Lekukoak" de Nabarralde, con la colaboración de Iñaki Sagredo Garde

Fernán González, consiguió la independencia de León en el año 950, pero el condado alabés siguió siendo Nabarra, que jugaba a desmembrar el reino leonés. Como dice le refranero castellano: “Castilla es un pequeño rincón que tiene Atapuerca como mojón”, el mojón entre Nabarra y Castilla-León es conocido como el Olmo de Burgos (Olmo de Atapuerca).


https://www.valdegovia.org/fotos/PE%C3%91A%20LOS%20CASTROS.pdf

En el castillo de Berbeia en Valdegobia-Gobiaran documentado en el siglo XII muy cerca de Espejo y perteneciente a la tenencia nabarra de Lantarón, se encontró en el 2022 un broche de bronce de un cinturón igual a los de las excavaciones de Aldaieta (Nanclares de Ganboa) de los guerreros baskones alabeses datados de los siglos VI-VII dentro todavía del ducado de Baskonia. Este tipo de broche también se ha encontrado en Eskota-Axkoeta (cerca del paso de Subijana y el río Baias en Alaba hacia el Oeste, en Erriberagoitia-Pobes) y Arroniz (tierra Estella, Alta Nabarra). El castillo está comunicado con otro cercano en la Peña los Castros (foto de arriba). Para el año 1000 se cree que Berbeia era un lugar donde se administraba justicia como cabeza de la tenencia nabarra y la principal fortaleza desde donde se dominaba una amplia comarca. En este castillo, también se han encontrado restos anteriores de la Edad de Hierro, lo que nos permite reafirmar que tras la caída del Imperio Romano los baskones volvieron a repoblar los altos donde se escondieron y defendieron los bárbaros.


Excavación en Berbeia y vistas desde el alto




Debajo en orden:Hebillas de Eskota, Cuevas de los Goros (Hueto de Arriba en Vitoria-Gasteiz) y Aldaieta (Nanklares de Ganboa) en el museo BiBat de Vitoria-Gasteiz


El arqueólogo  de la Diputación de Bizkaia Iñaki García Camino sobre el broche encontrado fuera de contexto en Arrietabaso en Dima (valle de Arratia en Bizkaia): "Se trata de un gran broche de cinturón de placa rectangular rígida, perfiles rectos sin estrangulamiento central y lengüeta oval. La hebilla también rectangular y de sección plana forma con la placa una sola pieza. Esta presenta un orificio que servía de sujeción a una aguja, probablemente de base escutiforme que no se ha conservado. En el reverso, cuatro apéndices semicirculares horadados y separados 6,40 cms entre sí servían para sujetar la placa al cuero del cinturón (...)
El broche que presentamos -datado en el siglo VII- no es, sin embargo, muy expresivo desde el punto de vista cultural, dado que se localiza tanto en contextos continentales como peninsulares. Así piezas similares proceden del castro de Yecla (La Rioja), Pamplona (Navarra), Escota o Aldaieta (Álava) (....)" 
Revista Kobie 1998/99
Museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco (Bilbao)

“(Sancha) Era viuda de Ordoño II con quien había casado en 923 e hija de los reyes de Pamplona Don Sancho I Garcés y doña Toda. Se ignora la fecha de su matrimonio con Alvaro Harrameliz que ya figuraba en 923 como simple testigo de una escritura de donación a Santa Colomba por Ordoño II de León. Debió casarse probablemente a poco de quedar viuda cuando solo llevaba meses de casada. En 929 tenía Alvaro el castillo de Lantarón, cerca de Sobrón, hoy tierra alavesa, pero no entonces, según se refiere en donación de Pando, en Mena o Carranza. 

A partir de este casamiento comienza a figurar como Conde de Alava bajo el rey de Pamplona. No se sabe cómo pasó el condado alavés de los Velas a Sancha y Alvaro. Según parece del contexto de los hechos, o hubo una suplantación de Vela Muñoz, hijo de Munio Vela y nieto de Vela Jiménez, o el condado no era hereditario sino que se hacía el nombramiento en la Corte de Pamplona” (Joxe Garmendia Larrañaga “Euskal Herriko Hezkuntzaren Historiarako Dokumentazio Gunea/www.euskomedia.org/aunamendi).


Marutegi o Murutegi, castillo nabarro, datado de los siglos XI-XII


Sancho III el Mayor (1004-35), estaba casado con Munia de Castilla (hermana del conde castellano), separó Alaba de Castilla de nuevo al darle a su hijo Fernando I el condado de Castilla y al conde Munio González el de Alaba (1030-1043); algunos historiadores españoles han querido ver más de lo que hay en esta política Nabarra, olvidándose de que el viejo reino está en su plenitud y que era él el que manda entonces entre los reinos cristianos de la Península Ibérica, siendo Castilla un incipiente y pequeño condado, como tantos otros en la época, y recientemente unido en la figura de su conde Fernán Gónzalez.


Bajo soberanía nabarra, tenemos al frente del gobierno de Alaba a Munio González, entre 1030 y 1043, que tenía título de conde, del que carece su sucesor Fortún Iñiguez. 

La tenencia de éste sobre Alaba fue muy breve, pues en 1045 figuraba al frente de la misma el conde Munio Muñoz, probablemente muerto en 1054 luchando en la batalla de Atapuerca entre el rey nabarro García o Garçés IV el de Nájera y su hermano Fernando, el cual había heredado el condado de Castilla de su madre como hemos dicho, salvo la parte euskaldun o nabarro parlante de las tierras castellanas que quedó dentro del reino baskón, por lo que la disputa entre hermanos quedó servida.

Los condes alabeses eran elegidos por los reyes nabarros, sin que fuera un título hereditario como ocurría en general con el resto de las tenencias (entre 1040-1083, se suceden 7 condes alabeses), marcado además el condado alabés, por el hecho de ser tierras gobernadas por condes integrados en los linajes más cercanos a los reyes pamploneses, como tierras fronterizas a vigilar especialmente.

Documental "Memoriaren Lekukoak" de Nabarralde, con la colaboración de Iñaki Sagredo Garde

Con Sancho VI el Sabio de Nabarra, la familia Ladrón quedó desplazada del frente del condado al prescindir el rey nabarro de los servicios de Vela Ladrón, hijo de Juan Velaz (tenente de Malvecín o Malmasín, Arrigorriaga –Bizkaia-), en 1179. 

Sancho trataba de imponer el sistema de tenencias, con tenentes o gobernadores fácilmente sustituibles por el rey: Diego López (1181-1182), Iñigo Oriz (1184-1188), Pedro Ladrón en 1194 y Lope Sánchez en 1195. Siendo en este periodo Alaba y Gipuzkoa una tenencia conjunta.

Sancho VI el Sabio de Nabarra, creó las tenencias de alabesas de Zaitegi (1188), Arluzea (1181), Salinas de Burandón (Conchas de Haro) o Portilla, para un mejor control del territorio y de las vías comerciales.
Castillo nabarro de Ocio en Alaba, Camino Real de Zambana

Fundó villas, como la de Vitoria-Gasteiz (1181), Antoñana, Guardia de Nabarra (hoy Laguardia), Bernedo o Santa Cruz de Kanpezo. La mayoría de los fueros de las villas se basan en el fuero dado a los francos de Jaca de 1063, por el rey de Nabarra Sancho Ramiro (línea aragonesa), y en el también nabarro de Logroño de 1095.







En las leyendas alabesas, se mantiene el origen nabarro de esas tierras, así, la casa familiar de los López de Larrea, señores de Lazarraga y una de las familias más poderosas de la Nabarra Occidental medieval, remontan su linaje a la donación de tierras en Barrundia (Alaba) del primer rey de Nabarra, Enero Aritza en el siglo IX (cosa históricamente posible como hemos visto); un descendiente de este linaje, Juan Pérez de Lazarraga, será uno de los primeros novelistas en euskara según el libro descubierto en el 2004 y donde aparece por primera vez la voz “Euskal Herria”.

“anchinaco liburuetan
çeñetan ditut eçautu
eusquel erriau nola eben
erregue batec pobladu”.
(fol. 18 vlto.)




La villa nabarra de Vitoria-Gasteiz

Conclusión sobre el origen de Alaba.

Durante los siglos VIII-IX el topónimo Alaba puede identificarse, según el historiador J.A. García de Cortázar, con las tierras de la Llanada alabesa, concretamente al norte y este de Vitoria-Gasteiz, coincidiendo, aproximadamente, con la mitad oriental de la denominada «Alaba nuclear».

Tal y como relata César González Mínguez, según aparece descrita en ese documento o cartulario conocido como la “Reja de San Millán” o “Ferro de Alava” del monasterio de San Millán de la Cogolla de 1025, y que, con pequeñas modificaciones, viene a coincidir con los límites que un documento de 1258 especifica para la Cofradía de Arriaga, nos habla de 4.280 fuegos o casas en Alaba, lo que por 5 habitantes aproximados de media, darían unos 21.400 habitantes.

La Hoyan (Laguardian) aurkitutako goldeak, 2.400 urtekoak



La Cofradía de Arriaga era la unión de las grandes familias alabesas: “Las Juntas Generales de los cofrades se celebraban en el campo de Arriaga (actual parque de Arriaga en Vitoria-Gasteiz, dentro del cual se encuentra la ermita de San Juan de Arriaga, en memoria de aquellas). 

En estas Juntas, se elegía al señor de la Cofradía, se impartía justicia y se trataban los problemas que les concernían como grupo. En definitiva, esta institución refleja la capacidad de autogobierno de una parte del territorio alabés durante la Edad Media. 



La Cofradía tenía un carácter eminentemente nobiliar, como se constata al repasar la condición social de los cofrades, entre los que hay miembros de la alta nobleza (ricos hombres), alto clero (obispo de Calahorra) y baja nobleza (infanzones, caballeros o escuderos). Todos ellos disponían de inmunidad fiscal (hidalguía) que les eximía de pagar pechos o tributos y servicios. Micaela Portilla estudió a estos cofrades, entre los que encontramos a "Guevaras, Haros, Mendozas, Hurtado de Mendozas, Velascos, Salazares, Ayalas...” (Joxe Garmendia).

Ermita de Arriaga antes de su reconstrucción 


La primera vez que se menciona el nombre concreto y la institución de la Cofradía de Arriaga de forma nítida, es en un documento de fecha bastante tardía, de 1258. 

En las crónicas reales, puede intuirse su existencia para fechas anteriores, concretamente para los tiempos de los monarcas nabarros Sancho VI el Sabio y su hijo Sancho VII el Fuerte (finales del XII). 


No obstante, podemos retrotraernos, cuando menos, al año 1060, también dentro del reino de Nabarra. En esa fecha, unos barones de Alaba, otorgaron su consentimiento para que el monasterio de Huhula, próximo a Salvatierra, se anexionara al de San Juan de la Peña (cerca de Jaca, Aragón, pero dentro del reino nabarro entonces). Este documento, nos informa de la existencia de una agrupación de señores, que bien podría ser el embrión de la Cofradía de Arriaga.

Villa Nabarra de Bernedo, recreación ayuntamiento de Bernedo

A esta Alaba nuclear, se iría sumando una Alaba periférica, constituida por la Tierra de Ayala, más las tierras autrigonas situadas al oeste del río Bayas y reconquistadas desde el siglo X por Nabarra, donde los señores alabeses tomaron parte muy activa (el reino nabarro llegó hasta la bahía de Santander y el Olmo de Burgos, Atapuerca), Rioja Alabesa que formaba parte de la Sonsierra nabarra e integrada a mediados del siglo XII en la merindad de Estella, invadida en 1460 e incorporada a Alaba, así como Kanpezo y tierras de Bernedo (montaña alabesa), que se invadieron por las mismas fechas, además de Salinillas de Burandón en Las Conchas de Haro.

Tierras de Ayala 

En la lucha para defender la Nabarra Occidental, la villa fortificada de Vitoria-Gasteiz al mando del Martín Ttipia, padeció 9 meses de asedio hasta que el hambre hizo presencia, Trebiño y su castillo se resistió 4 años a los castellanos, así como la fortaleza de Portilla cambiada después por Miranda de Arga según el historiador coetáneo Rodríguez de Rada.

Esta infografía de la Villavieja de Zabalate o de Portilla de Ibida (Ibida, "paso o vado" en euskera), fundada en el siglo XI por Sancho III el Mayor, nos da una idea de cómo sería la villa de Arestegitza: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Portilla

Reconstrucción de 
Villavieja de Zabalate o de Portilla de Ibida 3DUBU Universidad de Burgos
Argazkia Joseba Ariznabarreta Garabieta


Martin Ttipia había sustituido a Pedro Ramírez, procedente de la bastida y castillo de Donibane Garazi-San Juan de Pie de Port donde estaba en el año 1194 como tenente y anteriormente de Zangotza-Sangüesa, donde se le documenta en el año 1177 como soldado. Este último tenente nabarro de Vitoria-Gasteiz, se documenta después en la defensa de Tudela en 1234.


Los castellanos no consiguieron tomar el castillo trebiñés, pero su difícil defensa rodeado de territorio castellano, hizo que el rey nabarro Sancho VII el Fuerte pidiera un trueque por la fortaleza de Inzura en las Ameskoas (hoy Alta Nabarra). 

El Señorío de Trebiño fue fundado en el siglo XI por los reyes de Nabarra, y Sancho el Sabio le dio la carta de villa en el 1151, siendo Sancho VII el Fuerte el que mandó construir el castillo ahora destruido, su nombre anterior era el de Uda. Desde entonces, Trebiño quedó fuera de Alaba, castigado por la defensa de su nabarridad.


La estoica fortaleza nabarra de Portilla resistente a la invasión castellana, aparece en el escudo de Alaba, remarcando que Alaba era la “portilla” o “puerta” o "zabalate" al reino nabarro.




Virgen de Nuestra Señora de Zabal que se hallaba en la iglesia del recinto, actualmente en la iglesia de la Santísima Trinidad de Portilla (Zambrana)



Última foto del documental "Memoriaren Lekukoak" de Nabarralde, con la colaboración de Iñaki Sagredo Garde